Varsovia es música.
Solo basta invocar a Federico Chopin.
Sus obras para piano son mundialmente conocidas y estudiadas por su estilo y su técnica. Si el piano es el instrumento romántico por excelencia se debe en gran parte a los aportes de Federico Chopin ( según el criterio de los musicólogos ).En esta ciudad todo gira en torno a su música.
La particular idea que encontró su ciudad natal para homenajearlo fue ir tras su huella musical.
Siguiendo la Ruta Real solo hay que estar atento pues mientras caminas por la ciudad vieja se van encontrando los lugares que guardan una relación especial con el compositor y notarás unos bancos de piedra negra y multimedia interactiva que recrean la obra de Chopin. Estos curiosos bancos se instalaron en el año 2010 para conmemorar el 200 aniversario de su nacimiento.
Con solo tocar un botón se puede escuchar fragmentos de alguna de sus piezas antológicas.
Los bancos están colocados en los lugares que frecuentaba el músico.
15 bancos interactivos repartidos por toda la ciudad.
Un parque conmemorativo con una estatua gigantesca , esculpida en bronce que sirve de telón de fondo a un escenario que cada día ve pasar pianistas de cualquier parte del mundo que llegan a Varsovia para interpretar al maestro. O sea, que los 365 días del año se puede disfrutar de algún concierto gratuito de alguna de sus obras.
Como colofón es imperdible la visita a la Iglesia de la Santa Cruz de Varsovia donde se encuentra el corazón de Federico Chopin.
Si, así mismo como lo lees, cuentan que en su lecho de muerte Chopin pidió ser trasladado a su país. No fue posible debido a su delicado estado de salud… entonces pidió que su corazón fuera llevado a Varsovia. Tras un litigio estatal de “ apaga y vámonos ! “ el órgano del compositor polaco fue depositado en un recipiente repleto de coñac que se conserva en la cripta de la iglesia de la Santa Cruz, en Varsovia. Su cuerpo, sin embargo, está enterrado en el cementerio Père Lachaise de París, ciudad en la que murió.
Por todo esto y más. Varsovia es Chopin.